La peli arranca en una cafetería, donde 8 hombres comparten un desayuno mientras hablan de la vida, del significado de un tema de Madonna y tienen un crucial debate sobre las propinas de las meseras americanas (jaja Quentin es un genio). 6 están trajeados como para un quince : Mr. Orange (Tim Roth), Mr. White (Harvey Keitel), Mr. Pink (Steve Buscemi), Mr. Blonde (Michael Madsen), Mr. Brown (Quentin Tarantino) y Mr. Blue (Edward Bunker) y fueron contratados por los 2 restantes, Joe Cabot (Lawrence Tierney) y su hijo Nice Guy Eddie (Chris Penn) para dar un “golpe” de aquellos: van a afanar un almacén de diamantes a plena luz del día y tienen pocos minutos para rajarse con el botín. Por eso Joe viene planeándolo hace meses y contrato a los mejores, quienes no conocen sus verdaderos nombres entre sí para sumar más seguridad y profesionalismo al grupo (si a uno se lo lleva la gorra, no puede cargarse a ninguno de los otros). Con este “Dream Team” de chorizos nada podría malir sal, pero en la siguiente escena nos damos cuenta de que se fue todo al carajo. Encontramos a Mr. White llevando a un ensangrentado Mr Orange (que tiene un pequeñísimo agujero en el estomago) al punto de encuentro y tratando de entender que fue lo que paso. Allí se encuentran con Mr Pink, quien esta convencido de que en el grupo hay una rata mas grande que un rope, ya que cuando sonó la alarma en el almacén durante el robo había más Cobanis que en la 3ra…
Es la primer película de Tarantino, y la combinación entre acción, suspenso, sangre y las charlas inolvidables de siempre la convirtieron rápidamente en una de culto. La palabra Fuck fue mencionada 252 veces a lo largo de la peli y durante todo el rodaje estuvo presente un paramédico para asegurarse de que las cantidades de sangre se mantuvieran creíbles (que limón que esta Quentin). La música es una cosa de locos, y hay que hacer 2 párrafos aparte:
El primero, para la actuación de Michael Madsen. Con una cara de lunático espectacular, le bastan un par de escenas inolvidables y altamente impresionables para devorarse la peli (su personaje Mr Blonde se llama Vic Vega, y se rumorea que es el hermano del gran Vincent Vega de Pulp Fiction)
El segundo, para el imperdible análisis del tema de Madonna “Like a Virgin”, donde Mr Brown se las arregla para darle una vuelta de tuerca y buscarle el lado más pervertido que se le puede encontrar. Más tarde, la mismísima Reina del Pop le aclaro el significado a Quentin en un autógrafo de su álbum “Erótica”, donde le puso: “Quentin: Es sobre el amor, no sobre pij*s”. Jajaja, le partió su mandarina en gajos…
Le doy 4 guiditos y medio, no te la podes perder
lunes, 31 de mayo de 2010
miércoles, 26 de mayo de 2010
Celda 211
Película española dirigida por Daniel Monzón, basada en una novela de Francisco Pérez Gandul, cuenta la historia de un funcionario de prisiones llamado Juan Oliver (Alberto Ammann, un actor argento que se hace pasar por español cuando ve su carrera tapada por las estrellas del país como el magnifico Sebastian Estevanez o el fantástico Gonzalo Heredia).
Juan es asignado como funcionario a una nueva prisión, como buen fan del trabajo, decide ir un día antes de comenzar a trabajar para conocer a sus nuevos compañeros, recorrer la cárcel y arrancar con el pie derecho, pero por querer sacarle el puesto del primer trabajador al General Perón se come un garrón de la gran flauta cuando por las casualidades de la vida y la mala leche queda encerrado en medio de un motín.
Cuando se desata el tremendo quilombo y Juan se da cuenta que había quedado del lado equivocado, se le ocurre hacerse pasar por un prisionero más para zafar que lo hagan empanadas y se lo coman, previo noviazgo con el %80 de los malhechores, incluidos evangelistas y travesaños.
El primer paso para sobrevivir era ganarse la confianza del “poronga” de la cárcel, del que corta el bacalao, y acá el primero de los mejores apodos de la película, el señor en cuestión era llamado Malamadre, un pelado con cara de loco, con su “nombre” tatuado en la espalda al mejor estilo David Beckham, que como todo líder tenia su grupo de lamebotas, el Apache, Calígula y Tachuela entre otros.
Luego de poco tiempo y algunos sustos Juan se inserta en el grupo de su ahora cofrade Malamadre y se pone a la cabeza de la negociación con los vigilantes, que en un primer momento parecía ser de rápida resolución, con algunos pedidos de comida y comodidades.
Todo cambia cuando los “privados de su libertad” se dan cuenta que esta vez tenían el ancho de espada, de basto y 33 de mano, ya que en una de las celdas se encontraban 3 presos políticos del país Vasco que habían llegado a la mañana y tenían que ser extraditados al otro día, si algo les pasaba a estos muchachos el problema se politizaba y se armaba un bardo de novela.
Otra gran película del cine español, muy recomendada.
Calificación: 4 Sebitas
Juan es asignado como funcionario a una nueva prisión, como buen fan del trabajo, decide ir un día antes de comenzar a trabajar para conocer a sus nuevos compañeros, recorrer la cárcel y arrancar con el pie derecho, pero por querer sacarle el puesto del primer trabajador al General Perón se come un garrón de la gran flauta cuando por las casualidades de la vida y la mala leche queda encerrado en medio de un motín.
Cuando se desata el tremendo quilombo y Juan se da cuenta que había quedado del lado equivocado, se le ocurre hacerse pasar por un prisionero más para zafar que lo hagan empanadas y se lo coman, previo noviazgo con el %80 de los malhechores, incluidos evangelistas y travesaños.
El primer paso para sobrevivir era ganarse la confianza del “poronga” de la cárcel, del que corta el bacalao, y acá el primero de los mejores apodos de la película, el señor en cuestión era llamado Malamadre, un pelado con cara de loco, con su “nombre” tatuado en la espalda al mejor estilo David Beckham, que como todo líder tenia su grupo de lamebotas, el Apache, Calígula y Tachuela entre otros.
Luego de poco tiempo y algunos sustos Juan se inserta en el grupo de su ahora cofrade Malamadre y se pone a la cabeza de la negociación con los vigilantes, que en un primer momento parecía ser de rápida resolución, con algunos pedidos de comida y comodidades.
Todo cambia cuando los “privados de su libertad” se dan cuenta que esta vez tenían el ancho de espada, de basto y 33 de mano, ya que en una de las celdas se encontraban 3 presos políticos del país Vasco que habían llegado a la mañana y tenían que ser extraditados al otro día, si algo les pasaba a estos muchachos el problema se politizaba y se armaba un bardo de novela.
Otra gran película del cine español, muy recomendada.
Calificación: 4 Sebitas
lunes, 17 de mayo de 2010
The men who stare at goats
Del director Grant Heslov.
Empezamos conociendo a un reportero de poca monta, que es abandonado por su esposa, que lo cambia por su jefe, un hombre con un brazo metálico. Bob Wilton (Ewan Mc Gregor) entonces, decide irse hacia la zona de Irak/Kuwait a investigar a un grupo de militares psíquicos y de paso demostrarle a su ex que no es ningún loser.
Una vez instalado en la zona, se encuentra con Lyn Cassady (George Clooney) con quien empieza a vivir una aventura buscando a Bill Django (Jeff Bridges).
Clooney pertenecía a este extraño grupo que se dedicaba a buscar la paz mediante el poder de la mente, una extraña aventura hippie que se vio interrumpida ante la llegada de un milico bastante botón, de nombre Larry Hooper, interpretado por Kevin Spacey (cualquier parecido con un reconocido farmacéutico hornense, no es casualidad).
El link con el cine de los Cohen es muy, muy directo. Algunos de sus actores fetiche (Clooney, Bridges), el juego entre realidad/ ficción (un cartel nos avisa, al comenzar el film, que las partes más increíbles son las verdaderas), más situaciones demasiado extrañas que se suceden una tras otra.
A ver… ¿Qué nos deja esta peli? Algo falta, no sé. Es extraña. Sin embargo, hay momentos espectaculares. El look George Harrison, circa Abbey Road, de George Clooney, la locura lisérgica del personaje de Bridges (como el Dude, pero en ácido), la mala onda de Spacey, los ojos sacados de Clooney, intentando desviar una nube o detener el corazón de una cabra, la cara de Mc Gregor, cuando le explican lo que es un Jedi.
No es un gran film, pero es entretenida y dura lo que debe: horita y media. Para guardar al lado de Burn after read.
Puntuación: 3 Chettis.
Empezamos conociendo a un reportero de poca monta, que es abandonado por su esposa, que lo cambia por su jefe, un hombre con un brazo metálico. Bob Wilton (Ewan Mc Gregor) entonces, decide irse hacia la zona de Irak/Kuwait a investigar a un grupo de militares psíquicos y de paso demostrarle a su ex que no es ningún loser.
Una vez instalado en la zona, se encuentra con Lyn Cassady (George Clooney) con quien empieza a vivir una aventura buscando a Bill Django (Jeff Bridges).
Clooney pertenecía a este extraño grupo que se dedicaba a buscar la paz mediante el poder de la mente, una extraña aventura hippie que se vio interrumpida ante la llegada de un milico bastante botón, de nombre Larry Hooper, interpretado por Kevin Spacey (cualquier parecido con un reconocido farmacéutico hornense, no es casualidad).
El link con el cine de los Cohen es muy, muy directo. Algunos de sus actores fetiche (Clooney, Bridges), el juego entre realidad/ ficción (un cartel nos avisa, al comenzar el film, que las partes más increíbles son las verdaderas), más situaciones demasiado extrañas que se suceden una tras otra.
A ver… ¿Qué nos deja esta peli? Algo falta, no sé. Es extraña. Sin embargo, hay momentos espectaculares. El look George Harrison, circa Abbey Road, de George Clooney, la locura lisérgica del personaje de Bridges (como el Dude, pero en ácido), la mala onda de Spacey, los ojos sacados de Clooney, intentando desviar una nube o detener el corazón de una cabra, la cara de Mc Gregor, cuando le explican lo que es un Jedi.
No es un gran film, pero es entretenida y dura lo que debe: horita y media. Para guardar al lado de Burn after read.
Puntuación: 3 Chettis.
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