martes, 14 de junio de 2011

Black Swan

Nina Sayers (Natalie Portman) es una dedicada bailarina de ballet que forma parte la prestigiosa producción de “El Lago de los Cisnes” en New York desde hace 4 años. Su perfeccionismo y profesionalismo roza muy de cerca con un comportamiento totalmente obsesivo que hace que su vida gire casi exclusivamente en torno a la danza (y el casi exclusivamente se debe a que, al igual que Prócer, el perro que nunca duerme, aunque en realidad si duerme mientras corre, Nina es la bailarina que no para nunca, aunque en realidad deja de bailar mientras come). Esta dedicación/obsesión comienza a tener sentido cuando conocemos a su madre Érica (Barbara Hershey), una ex bailarina que vio truncada su carrera años atrás cuando recibió la noticia de que en 9 meses iba dar a luz a una pequeña bailarina en potencia sobre la cual descargar todas sus futuras frustraciones. Érica controla cada aspecto de la vida de Nina, tratándola como a una niña las 24 horas y obligándola mediante mensajes subliminales (que son  más obvios que la cama que le hicieron a Iron Mike) a la perfección y la dedicación extrema (afloje un poco señora, hasta el pobre Seymour tiene más libertades que su hija).
El sueño de Nina (totalmente influenciado por su madre, la falsa Sra. Skinner) es ser la Swan Queen, el papel principal en la obra. Pero el papel tiene una dueña indiscutida, Beth MacIntyre (Winona Ryder), ya que interpreta a la perfección tanto al inocente, dulce y temeroso cisne blanco como al oscuro, maligno y sexy cisne negro, aprobando con honores esta dualidad que representa el desafío más grande de ser la Swan Queen. Pero el director Thomas Leroy (Vincent Cassel, franchute genio total) quiere darle una vuelta de tuerca a la obra (ya tiene menos convocatoria que los Horneros los sábados), y decide hacer algunos cambios a la producción. El cambio que hace más ruido es cargarse a la bailarina principal Beth, argumentando que es la mejor, pero que ya cumplió su ciclo (aunque se rumorea que en realidad fue porque la cacharon afanándose 2 tutús y 3 pares de zapatitos de danza de la utilería del teatro).  Entonces se abre una ventana para que Nina se meta de lleno en el papel, pero no será nada fácil, ya que Leroy cree que es perfecta para interpretar al cisne blanco, pero hace agua por todos lados con el negro. Esto sumado a los constantes retos despectivos del director, la taladrada de nuca de Agnes Skinner y la aparición de Lily (Mila Kunis, una desfachatada y ruda bailarina que se suma a la producción y es la viva imagen del cisne negro) como amiga/competidora harán que la ya presionada Nina sume un par de toneladas a su mochila en su lucha por convertirse en el cisne negro.
Es el quinto largometraje de Darren Aronofsky, después de Pi, Requiem for a Dream, The Fountain y The Wrestler en ese orden (más o menos eh, una bestia el tipo), y cada uno es tan diametralmente opuesto al otro como genial. Es uno de esos directores que me dejan regulando, y por más que la historia no me parezca excelente de movida, me quedo días y días con la croqueta quemada repasando la peli. No son muchos los directores que logran ese efecto, y creo que es para destacar.
Grandes actuaciones de grandes actores: Cassel la rompe en su papel de director soberbio y sin consideración alguna por los sentimientos de sus bailarinas (es un cínico, como alguna vez le dijeron a un amigo mientras le sujetaban la barbilla…), el papel de Hershey hace ver a la señora Skinner como una dulce abuelita maternal y Kunis acompaña muy bien al resto. Que decir de la genial Natali; si querés saber si el óscar fue merecido, mirala y después contame.
Dato de color (propio del mismísimo Giorgio Rial): cuando Natalie ganó el óscar, saltó la bronca con Sarah Lane, quien fue la bailarina que ejerció como doble de cuerpo de Portman. Sarah dijo que tan sólo el 5% de las escenas de baile eran de la actriz: “Es imposible que en 1 año aprenda lo que yo hice durante 21”. A las desafortunadas declaraciones de Sarah, Ricardo retrucó: QUE MALA LECHE SOS, QUE MALA LECHE!!!

Le doy 4 guiditos, y espero con ansias la próxima de Darren