jueves, 25 de marzo de 2010

Where the wild things are

Así como alguna vez nos había llevado a dar una vuelta por el cerebro de John Malcovich, el director de ésta peli, Spike Jonze, elige ahora, meternos en la piel de un niño de 9 años.
Max (Max Records, grosso) vive con su mamá y su hermana. La sister es más grande, tiene sus amigos y hace la suya. La madre (Katherine Keener, ojo que es mi novia!) tiene complicaciones laborales y está estrenando noviecito (Mark Ruffalo, una pena que aparezcan tan poco, ambos). Lo que provoca que el niño se sienta solo.
Luego de una discusión (las madres siempre se empeñan en hacer comidas que no nos gustan), el pibe, como Litto, junta mucha madera y se va en una balsa. A una isla. Que obviamente sólo existe en su cabecita.

Una vez allí, luego de encontrarse con unos monstruos peludos, que parecen salidos de aquella publicidad del Ford Ka (“el que carga más humanos“) se proclama rey indiscutido de esta civilización. Imaginen la reacción de nuestra ridícula oposición ante semejante atropello.

El pibe maneja todo con su psiquis de niño. Ordena actividades: construir un fuerte, jugar a los cascotazos (un amor que nunca pasa de moda. Nunca se tiraron piedras, vereda a vereda, entre amigos? Eh? Inmadurez? Naaaaaa!), dormir en una pila todos juntos, tratando de reconstruir un calor de hogar algo esquivo, entre otras.
Pero, a Max se le van complicando las cosas. No es lo mismo ser indio que cacique. Le resulta imposible conformar a todos. Más, cuando éstos monstruos tienen problemas como los que enfrentamos todos los días (depresiones, inseguridades, celos, etc.). Aprender a sobrellevarlos será su aprendizaje.

Este proyecto estuvo a punto de naufragar. El presupuesto se fue a las nubes (como el del nuevo Libertadores de América), a los directivos de la compañía no le gustaba el corte final, etc. Sin embargo es una peli muy linda. No llega a ser tan cool como “Being John Malcovich“, pero le gana en emoción. La música, de Karen O (Yeah yeah yeahs) también es muy buena.

Contrariamente a lo que puede parecer, no es una peli para chicos. Trata temas universales. Hay monstruos que no desaparecen cuando crecés, al contrario, a veces se acrecientan. Porque, como dice la canción, todos tenemos un poco de miedo.

Calificación: 4 Chettis.



domingo, 14 de marzo de 2010

The Wrestler

Randy “The Ram” Robinson es un luchador profesional medio avejentado, al que el cuarto de hora se le paso hace rato. Por los 80, era el luchador del momento (cagaba a trompadas al ancho Peuchele y a Enrique Orcheci juntos con una mano atada y comiendo un sanguche; un animal) y tuvo su noche de gloria en la recordada pelea con su archirival “El Ayatollah”. Pero hoy en día la vida de Randy está para atrás. Trabaja en un supermercadito mas horas que Apu por una miseria, la que gasta en esteroides que le ayuden con la jodita de las peleas, a las que no le afloja ni loco (parece Guido con el voley…). Para colmo de males, luego de una pelea llega roto a su “casa” (un trailer que alquila en un terreno) y se encuentra con un candadazo en la puerta por no haber pagado la renta (sacate la gorra, señor barriga!!!). Su único aliento es una posible revancha histórica con el “Ayatollah” con la que planea resurgir de entre las cenizas.
Randy esta más solo que la luna, con una hija que no lo quiere ni ver en figuritas, el jefe que lo descansa en todos los tiros y el “Señor Barriga” que no le perdona ni un mes de renta. El único cable a tierra que le queda es una bailarina de burdel barato (una infartante Marisa Tomei que se la pasa en bolas toda la peli, golazo de media cancha) a la que Randy visita frecuentemente para dejarle los pocos pesos que le sobraron en el mes (parece Pepe Argento, todos le sacan guiíta viejo).
Pero un día, después de una pelea complicadita, a “The Ram” le pega un Bobazo de novela, termina 2 semanas en terapia y se lleva un By-Pass de regalo. Los médicos le dicen que ya no puede pelear de nuevo, y entonces Randy debe intentar reconstruir su vida sin lo único que le daba fuerzas para seguir…

La peli es de Darren Aronofsky y significo la resurrección actoral de un Mickey Rourke al que el botox le gano por goleada. Es sin dudas una de las mejores actuaciones de su carrera (la mejor para mi gusto), gano varios premios y fue nominado al oscar.

Gran peli, se diferencia del resto tanto por la historia como por la forma en que esta filmada. La banda de sonido la rompe, la hizo Bruce Springsteen y a mi cofrade Simón le voló la peluca jajaj.

Le doy 4 Guiditos, Mickey es un fenómeno