jueves, 4 de agosto de 2011

El día de la Marmota

Phil (Bill Murray) es el meteorólogo de un noticiero de Pittsburgh, algo así como el Confesore de TN, para los que no lo conocen les dejo el link de su grupo de fans en Facebook (click aquí).
Obviamente todo lo relacionado con el clima está bajo su jurisdicción. El problema es que una vez al año, más precisamente el 2 de febrero, en una pequeña población de Pennsylvania llamada Punxsutawney (todos lugares con nombres fáciles, como Aldo Bonzi, Wilde, etc.) se festeja “El día de la Marmota”, una tradición religiosa, en la cual dependiendo del comportamiento del animal, (no confundir Marmota con Amigacho, es un animal peludo, en cambio la Marmota tiene poco pelo) se determina si el invierno se prolongara unas semanas. No te parece lógico??, bue, ya te dije que es una tradición “religiosa”.
Cada vez que llega este día, Phil se quiere matar, cual Hnos. Schoklender en “el día del padre”. Le parece un castigo tener que pasar una noche en el pueblo, pero los gajes del oficio lo ameritan.

En este caso viaja al lugar acompañado de su camarógrafo Larry (Chris Elliott, el maniático de los zapatos en la genial “Loco por Mary”) y de la nueva productora del canal, Rita (Andie MacDowell, una onda Florencia Raggi antes de que Nico le saque toda la gracia).

Situados en tiempo y lugar, y presentados los protagonistas, vamos a la parte clave de la historia con una pregunta: Qué harías si se repitiese un mismo día continuamente??. Esto es justamente lo que le sucede a Phil, todo se repite, excepto su percepción de que, lo que le sucede en cada momento, ya lo ha vivido.
Como era de esperar, le pasa justo en el peor día del año. No le va a pasar el día que Diego le roba a los ingleses (1000 años de perdon), en ese caso sería la vida perfecta y la película no hubiese funcionado, o el día que Samid le infla los cachetes al karateca Mauro Viale.
Si muchos nos quejamos de nuestras vidas rutinarias, imagínense al pobre Phil, viendo a la marmota pronosticar siempre el mismo clima. No le queda otra que sacarle lustre a la imaginación, y créanme que la rompe.

Cuando vi “Eterno Resplandor” me di cuenta que se podía hacer una película “romántica” (es muuuucho más que eso), sin caer en la cursilería, ni escuchar de fondo un tema de Whitney “metomehastalaspastillasdenaftalina” Houston. Esta película de Harold Ramis me lo volvió a demostrar.

Calificación: 4 Sebitas