Last Days

Blake (Michael Pitt) es un perturbadísimo muchacho que deambula por los bosques alrededor de su mansión en Seattle, vistiendo un lindo solerito y unas botas que no pegan ni con cola (parece Malena Candelmo después del Bamba). El joven Blake es músico y esta más solo que la luna intentando escapar de todo lo que dejó atrás. En su dejadísimo hogar viven algunos amigos que sólo acuden a él cuando necesitan algo, y constantemente cae gente buscándolo. Blake se esconde de todos ellos, y pasa el tiempo en compañía de sus drogas y su música, esperando un inevitable final que todos (sobretodo él mismo) vieron venir.


La peli muestra la mirada del genial Gus Van Sant sobre los últimos días de un Kurt Cobain recluido del resto del Universo, con la croqueta en llamas por sentir que la masiva fama conseguida por su genialidad lo habían hecho venderse de una manera más escandalosa que Dante y Emanuel luego de disolver Illya Kuryaki and the Valderramas (que les paso muchachos??? Pintaban para reina y hoy no muestran ni las piernas… No way José!!). Su tremendo talento pudo más que su deseo de mantenerse en el underground de Seattle, y la inevitable supernova no tardo en llegar. Gus trata de plasmar esos momentos, pero sin los derechos, ya que estaba seguro de que la chiflada de Curtney Love nunca se los iba a dar. Por eso los nombres son distintos, y la banda sonora no incluye ningún tema de Nirvana.

Forma parte de la llamada “Trilogía de la Muerte” de Van Sant, junto con Elephant y Gerry, las cuales comparten el tema del aislamiento extremo. 2 de los temas que suenan los compuso el mismísimo Michael Pitt, y la escena donde toca uno de ellos (“Death to Birth”) es de las mejores de la peli. Muy recomendable, aunque cabe aclarar que tiene poco dialogo y es bastante densa (pero es de Gus y a mi me voló la peluca).

Para cerrar me despido con una frase de la nota de suicidio : “Es mejor quemarse que apagarse lentamente”, un limón como pocos jaja.

Le doy 4 guiditos